1. Guiar:     El neumático tiene que conducir al vehículo con precisión, independientemente del estado del suelo y las condiciones climáticas.
 

2. Soportar la carga:    El neumático tiene que soportar el peso del vehículo, así como resistir la aceleración y la frenada. Un neumático soporta más de 50 veces el peso del vehículo.
 

3. Amortecer:   El neumático tiene que amortecer los obstáculos y las irregularidades de la carretera, garantizando la comodidad del conductor y de sus pasajeros.
 

4. Rodar:   El neumático tiene que rodar de la manera más regular, más segura y con menor resistencia al rodamiento posible, para obtener un mayor placer en la conducción y un consumo  
controlado.
5. Transmitir los esfuerzos:  El neumático tiene que transmitir la potencia útil del motor y los esfuerzos de frenada. La calidad de los pocos centímetros cuadrados del neumático en contacto
con el suelo condiciona el nivel de transmisión de esfuerzo.

6. Durar:    El neumático tiene que sacar el máximo provecho de su vida útil, a pesar de que su desgaste depende de las condiciones de uso (carga, velocidad, estado de la superficie del suelo,
estado del vehículo, estilo de conducción...) y sobre todo, de la calidad del contacto del asfalto.